ESPECIAL NAVIDEÑO RETO #6
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Meredith era una niña de tan solo
siete años. Su habitación tenía algunas esferas de cristal navideñas. Cada año
compraba una con ilusión. Una vez, su madre le compro una muy especial y
diferente, a una extraña mujer. Esta esfera de cristal navideña tenía una especie de hada dentro, con nieve
flotando alrededor de ella sin que la agitara y la base era en dorado.
Cuando Meredith la tuvo en sus
manos, la llevo a su habitación. Al ver la descripción de abajo, se sorprendió
mucho, pues decía « Cuando ocupes
respuestas, búscame. Con cariño Pixie».
Recordó que siempre se preguntaba
¿Por qué la navidad se sentía especial y tan llena de vida? Así que una noche,
su gran pregunta fue respondida, a través de un viaje a la tierra de las hadas.
Conoció a Pixie, un hada muy
sabia. Ella le dio la bienvenida a su hogar y le mostro el gran paraíso, desde
el árbol viejo. Meredith, no podía creer lo pequeña que era y lo hermoso que se
veía el hogar de las hadas. Desde el árbol, se dio cuenta que había distintos
tipos de hadas.
Pixie, le conto que existían
hadas con diferentes talentos. Como las encargadas de cada una de las
estaciones. De ese modo, en el mundo humano había: primavera, verano, otoño e
invierno.
La pequeña niña al saber que
Pixie era un hada sabia, pregunto ¿que quien hacía que la navidad fuera
especial? y el hada le contesto, que era obra de ellas. Entre las hadas del
invierno y las del amor, pues querían darles un regalo a los humanos. Para que
volvieran a creer en la magia.
Pixie también le dijo a Meredith,
que era elegida para ser portadora de esa magia a los que menos tenían en su
mundo. Ella debía hacerles creer que la magia existía y la bondad. Pues el
mundo cada vez se volvía más cruel.
La niña, acepto muy feliz. Al día
siguiente, al despertar, vio la pequeña
esfera de cristal y supo que la figura era Pixie.
También desde ese diciembre, a
todos les contaba que la navidad era mágica por que las hadas lo hacían que fuera
así. A quienes necesitaban calor y amor, se los daba. Era su forma de cumplir
su promesa, aún su ya había pasado veinticinco años desde que conoció a Pixie.
Lo importante era seguir creyendo
en la magia y dar amor, contagiando a los demás de ser bondadosos. Como era el
deseo de Pixie.
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